A veinte años de su primera edición en Colombia, el Taller Social Latinoamericano vuelve al país sudamericano. En esta edición, estudiantes de toda Latinoamérica junto a arquitectas y arquitectos de Colombia, Ecuador y Chile intervienen tres zonas en la ciudad cafetera de Manizales: desde un poblado rural en medio de la cordillera hasta un parque autogestionado y en las laderas de un barrio peatonal informal.
En esta ocasión, les invitamos a conocer el estado de avance de los equipos de arquitectura que integran el TSL XVIII, el Taller Social Latinoamericano en Manizales.
Taller Bajo Andes: Bicistema (Colombia) + República Portátil (Chile)
En torno a las quebradas de la ciudad de Manizales, en el barrio residencial de Bajo Andes viven principalmente familias y personas desplazadas forzadamente por la violencia, junto a ex combatientes y migrantes, quienes, debido al carácter informal del sector, viven en casas autoconstruídas, hacinadas, entre estrechas escaleras y laberintos peatonales.
Apoyados por la Fundación de Cultura Viva, en este sector trabaja el equipo de estudiantes, arquitectas y arquitectos liderado por Laura Rojas y Diego Cárdenas de Bicistema, junto a Mauricio y Andrés Moreno de República Portátil, quienes intervienen una cancha de fútbol y unas improvisadas gradas que se convertirán en un espacio para todos, incluyendo una zona de juegos, un huerto vertical en torno a estructuras de guadua (bambú) e intervenciones de urbanismo táctico en la cancha de fútbol. "Estamos en una comunidad que vive una realidad muy dura, entonces regalarles un espacio de juego a los niños les va a entregar una oportunidad de aula viva", dice Laura Rojas en conversación con ArchDaily.
A tres días de su finalización programada, ya se anclaron las estructuras de los huertos, se reforzaron las estructuras, se niveló el terreno y se instalaron las cimentaciones para las estructuras. Paralelamente, el equipo a cargo del huerto comenzó a traer plantas y fabricar maceteros de guadua, mientras un equipo de pinturas trabaja en un diseño geométrico para pintar la cancha en los próximos días.
Taller Manzanares: Ruta 4 (Colombia) + La Cabina de la Curiosidad (Ecuador)
Entre plantaciones de café y bosques tropicales de la Cordillera Central, el poblado de Manzanares vive volcado a una estrecha calle de tierra, donde lo público se desarrolla en el exterior. Aquí las arquitectas Juliana López Marulanda y Marie Combette lideran un taller eminentemente rural, al cual se llega tras una hora en bus desde Manizales y otra hora caminando desde la carretera.
En conversación con la comunidad, los líderes vecinales pidieron intervenir la caseta comunal del poblado. "Hemos descubierto que esta no es una intervención puntual, sino que debemos identificar posibles lugares para que la propia comunidad desarrolle proyectos a futuro", explica Juliana López Marulanda.
Por su parte, Marie Combette explica que "cada casa tiene su balcón, su pasillo largo, su banca para tomar el aire, almorzar, compartir o esperar, pero la caseta comunal da la espalda a la villa". Así que el taller optó por renovar la fachada y aprovechar el espacio exterior de la caseta sin necesidad de pedir las llaves de la caseta para ocuparlo.
En este punto, estudiantes y arquitectas cimentan las guaduas que servirán como pilares para la creación de una terraza a las afueras de la caseta comunal, junto a un pequeño huerto y un sector para cocinar en olla.
Taller San José: Lucía Garzón (Colombia) + Coonvite (Colombia) + República Portátil (Chile)
Pensado para transformar 110 hectáreas del centro de Manizales, el Macroproyecto San José implicó la expropiación de cientos de casas del centro de la ciudad. Si bien el proyecto anunciado en 2009 aún no finaliza su construcción, los vecinos le llaman Macrodesastre. En uno de los sitios expropiados se encuentra el denominado Parque Urbitante, creado y gestionado por la organización social Comunativa, y donde trabaja el taller liderado por la arquitecta Lucía Garzón junto a los arquitectos Juan Miguel Durán (Coonvite) y Julio Suárez y Luis Felipe Maureira de República Portátil.
En conversación con ArchDaily, Julio Suárez explica que el proyecto ha sido pensado como anillos, donde estudiantes y talleristas construyen una intervención que denominan Museo del Bahareque. Un segundo anillo son las zonas verdes del Parque Urbitante donde el taller trabaja en el diseño y fabricación de una denominada microarquitectura con senderos y mobiliario móvil, mientras que el proyecto central es el Aula Urbitante; una estructura cónica de 6 metros hecha en guadua, donde Convite podrá realizar sus encuentros en torno a un fogón.
En este momento, el taller ya instaló las fundaciones y largueros del Aula Urbitante, envuelta por los denominados pétalos, unas cubiertas de cáscara de guadua tejidas con metal. Todo esto coronado por un anillo metálico para dar salida a los fuegos del aula.